miércoles, 14 de diciembre de 2011

ESTE AÑO EN JERUSALEN


Único lugar del cual dice la Biblia, “ese buscaréis y allá iréis”. Ubicado en el centro del mundo, su tamaño no mayor al Valle del Cauca y su encanto sin límites; el agua escasea en sus tierras, secas, áridas y desérticas, pero esto no ha sido inconveniente para convertir desiertos en jardines y pantanos en huertos de riego, exportando cítricos, lácteos y flores a Europa y al mundo. Cuenta
con cuatro mares célebres, en realidad dos son lagos: el azul mediterráneo con sus playas blancas; el mar rojo con sus corales únicos, el mar de Galilea que le da vida al país y el mar muerto, gran lago salado, en cuyas aguas con propiedades terapéuticas, las personas flotan debido a su densidad; por ser el lugar más bajo de la tierra se ha convertido en un paradisiaco spa, único lugar de la tierra donde los rayos del sol no hacen daño a la piel. En sus parajes encontramos desiertos como el Neguev, verdes llanuras en las cuales serpentea el memorable rio Jordán y montes cubiertos de nieve como el Hermon, que “vigila todo el país”. Es la Tierra Santa, conocida así, por ser el lugar de los hechos bíblicos; conclave de religiones, razas y culturas. Es el lugar donde la gente ora, pero también se divierte. Lugar de bendiciones para aquel que va movido por la fe, abrigando una promesa en su corazón. De Jerusalén, su capital se dice, "Diez
medidas de belleza descendieron sobre el mundo, nueve cayeron sobre Jerusalén, una sobre todo el mundo". Tel Aviv, centro de negocios a la altura de las grandes metrópolis, demuestra porque Israel es uno de los países de mayor desarrollo e influencia en el mundo. Nadie que visite la Tierra Santa, regresa siendo el mismo; allá vamos a seguir las pisadas frescas de Jesús, a recorrer las huellas de la historia, visitar lugares como Belén, Nazaret, para ver y creer lo que la biblia dice que sucedió en aquellos lugares santos. (Artículo Publicado en El País, Diciembre 14 de 2011, Sección C5) Alexander Dorado Alban. 3187517912