jueves, 16 de agosto de 2012

PROXIMA SALIDA NOVIEMBRE 1 DE 2012

Amigos y Amigas que nos siguen a traves de este blog que hemos preparado para Ustedes, ya estamos prendiendo motores, porque el proximo Primero de Noviembre, salimos, en Gran Peregrinacion, hacia la Tierra de los Amores, seran maravillosos e inolvidables dias, recorriendo las tierras biblicas, siguiendo las huellas de la historia, comprendiendo lo que la Biblia dice que sucedio y sucedera en aquellos lugares santos. 

Hemos adjuntado un tema reciente, que es un regalo de Papa Dios a nuestro corazon, "las excusas de Barzilai", un hombre, a quien Dios queria premiar su bondad y generosidad, llevandolo a Jerusalen, pero que se lleno de excusas y motivos, para no ir, y efectivamente, no fue.  Que tristeza que pase asi con hijos de Dios, a quienes Papa Dios quiere llevarlos a recrearlos a su casa, pero siempre hallaran una buena excusa o un buen motivo para no ir.

No le pase a Usted como Barzilai, recuerde que hay cuatro cosas que no regresan: la palabra dicha al aire, la saeta disparada al viento, la leche derramada en tierra y la oportunidad perdida.  El Señor nos dice, "todo aquel que quiera ir, que vaya".  Asi que le invitamos, a que usted se una a los que decimos, "yo tambien ire", y se alegre con los que dicen, "a la casa del Señor vamos". 

Si desea mayor informacion de nuestras proximas salidas, llamenos al celular de la fe 3152978523 o al celular de los emprendedores 3187517912, Que Papa Dios le bendiga rica y abundantemente, y recuerde, este año, nos vemos en Jerusalen. Escribanos a peregrinosporefe@gmail.com

ISRAEL TE ESPERA, NO TE EXCUSES


LAS EXCUSAS DE BARZILAI

Por Alexander Dorado

Hay algunas historias de la Biblia, que uno quisiera que tuvieran otro final, pero no es así.   Por ejemplo, hay un hombre de la Biblia, que amaba profundamente a Jerusalén, pero el vivió toda su vida a miles de kilómetros de la Ciudad Amada. Este hombre tenía la costumbre, especialmente cuando se hallaba en dificultades o circunstancias apremiantes, entraba en su aposento, cerraba la puerta y abría las ventanas que daban hacia Jerusalén.  Y es necesario precisar, no es que al abrir las ventanas se encontrara con una bella panorámica de Jerusalén, lo que tenia era un desierto al frente; pero el tenia que transportarse con los ojos de la fe, del espíritu y de la imaginación hasta la tierra de los amores, volar miles de kilómetros y recrearse en la Casa de Dios.  Se arrodillaba tres veces al día, principalmente, cuando esta apremiado por alguna situación, este hombre era Daniel.  Y aunque amaba a Jerusalén y anhelaba estar allá, nunca pudo ir.

A propósito, esta es una buena recomendación, cuando usted se halle en conflicto, acuérdese del Salmo 20 y Daniel 6:10.  Cuando este en conflicto, cada vez que pase por situaciones difíciles, cuando alguna circunstancia de la vida se presenta como un  revés, seguimos el ejemplo de Daniel.  “Cuando supo que el edicto en su contra había sido firmado, entro en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”. Volando con los ojos de la fe, se transportaba hasta la Casa de Dios y allí se refugiaba en los brazos de su Padre, y sabia que así y solo así, estaría seguro.

En el Salmo 20, David, dice algo parecido, “Jehová te oiga en el día del conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda.  Te envié ayuda desde el santuario, y desde Sion te sostenga.  Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu holocausto. Te de conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo.  Nosotros nos alegraremos en tu salvación, y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; conceda Jehová todas tus peticiones.  Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra”. (Salmo 20:1-6) Luego debemos combinar el Salmo 20, Daniel 6 y el Salmo 128:5-6 “Bendigate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel”.

Hay una historia que parece triste, no todos los finales de las historias de la Biblia tienen finales felices, no porque Dios haya querido que sea así, sino porque Dios le dio al hombre libre albedrio; esto hace al hombre verdaderamente libre, el hombre escoge, elige; Dios le coloca delante de sus ojos el bien y el mal; el hombre elige, el asunto es que elija bien; las personas somos el resultado de nuestras decisiones. Estas son las que definen nuestra vida, lo que hoy vivimos es el resultado de las decisiones que vivimos anteriormente; algunas fueron acertadas (bendito sea Dios), otras fueron equivocadas (Dios tenga misericordia de nosotros), somos arquitectos de nuestro destino.  El ser humano es tan básico, que siempre esta haciendo responsable a Dios de todo lo que le pasa, pero precisamente, en eso consiste la responsabilidad honrosa que Dios nos dio, hacernos cargo de las decisiones, para eso contamos con su dirección e instrucciones.

Para entrar en nuestro de estudio vamos a remontarnos a lo que dice 2 Samuel 19, aquí encontramos a David atravesando una de las circunstancias mas difíciles de la vida, un duelo.  A propósito, sin ser el énfasis de esta charla; si hay un lugar en la tierra que Dios estableció para recibir consuelo, para superar un duelo, ese lugar es Jerusalén, no hay un lugar mejor que ese.  Algunos viven arrastrando y sobrellevando, dolores, tristezas, amarguras de muchos años atrás.  Son cientos de personas que no han logrado superar un proceso de duelo.  Bien sabemos que los duelos se deben a perdidas, personales, materiales, profesionales, laborales, económicos, y muchas veces, ni siquiera es la perdida como tal lo que mas afecta a la persona, sino que tal vez, la persona nunca hizo el duelo.  O que la persona se quedo lamentando toda la vida de esa situación.

Hay personas que han tenido perdidas, y cada uno debe hacer una breve evaluación en su corazón, si aun reside allí alguna raíz de dolor o amargura por una situación que no ha podido superar; en algunos casos surgen resentimientos con Dios; usted no se explica porque eso le tuvo que pasar a Usted, porque tuvo que perder a su papa, mama, hijo; porque tuvo esa perdida material, porque su matrimonio o noviazgo se truncó o frustró; Muchos hemos sido consolados y sanados en Jerusalén.  En 2 Samuel se relata, que David venia de sufrir una dolorosa perdida, a pesar que quien había muerto, su hijo Absalón, se había encargado de hacerle la vida imposible.  Pero un padre no se olvida de sus hijos, mas un hombre como David, quien era conforme al corazón  de Dios.  A el no le importaba que su hijo había actuado perversamente, el seguía siendo su hijo.  Entonces David, decidió entrar a Jerusalén.

Pero en esta oportunidad, no vamos a referirnos a David ni a su amor por Jerusalén, sino a otro personaje, que lo cita en el Vers. 32 en adelante, un hombre llamado BARZILAI.  ¿Quién era Barzilai?  En 2 Samuel 17:27-29, nos damos cuenta que era ayudo a David y a quienes con el estaban, cuando el mas lo necesitaba.  Estando David en el desierto, sin provisiones, apareció Barzilai, y “le trajo a David y al pueblo que con el estaba, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas y quesos de vaca, para que comiesen; porque decían: El pueblo esta hambriento y cansado y sediento en el desierto”.   Este hombre honro a David, fue quien se hizo presente cuando David mas necesitaba de alimento, era un hombre de tal sensibilidad y generosidad, que no solo le dio a David sino a todo el pueblo que con él estaba. 

Volviendo al capitulo 19, comencemos diciendo, que la oportunidad está a la puerta y llama, y esta en nosotros no dejarla ir; porque hay cuatro cosas que no regresan, “la palabra dicha al aire, la saeta lanzada al viento, la leche derramada en tierra y la oportunidad perdida”. Luego, si la oportunidad se le presenta, no la deje ir; porque “todo tiene su tiempo y todo en su tiempo es hermoso”; esa oportunidad se puede ir y que seguridad tenemos que se vuelva a presentar.  Que no nos pase, como dice la Biblia, que “vengan tiempos en los cuales ya no tendremos en ellos contentamiento”.  Entonces, dice la Biblia:

“Era Barzilai muy anciano, de ochenta años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.  Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y yo te sustentaré conmigo en Jerusalén.  Mas Barzilai dijo al rey: ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para el señor el rey? Pasara tu siervo un poco mas allá del Jordán con el rey, ¿Por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa? Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi ciudad junto al sepulcro de mi padre y de mi madre.  Mas he aquí tu siervo Quimam; pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere. Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam, y yo hare con el como bien te parezca; y todo lo que pidiereis de mi, yo lo haré.  Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el rey hubo pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo, y el se volvió a su casa”.

Que interesante, aquellos que entienden por la vía de la revelación, que si Dios les ha dado la bendición de tener “tres pesos” mas, no es para que se vuelvan avaros, codiciosos, como el caso de aquel hombre rico, que quería mas y mas, olvidando que la “vida es mucho mas que los bienes que el hombre posee”; y olvidan que todo aquello que han atesorado, un día vienen por su alma, y todo aquello que ha guardado ¿Para quién será? Así es todo aquel, que se hace rico para los hombres pero pobre para Dios.  El día que sean llamados a cuentas, para quien será todo aquello que han provisto.  La vida es mucho mas que la comida o la bebida; eso es lo que buscan las gentes del mundo, pero los hijos de Dios perseguimos propósitos superiores.  Dios sabe cual es nuestra autentica necesidad.  El hombre feliz no es el que mas tiene, sino el que menos necesita, el que menos apegado está.  Confucio decía, “la raíz del sufrimiento es el apego, la eliminación del sufrimiento es la eliminación del apego”. Hay personas que no son felices, porque viven para cuidar lo que Dios les ha dado, pero lo hacen en forma neurótica y compulsiva.

Barzilai era un hombre generoso y verdaderamente rico, porque había comprendido que tenía “tres centavos” más, para compartirlos con el prójimo. Y el rey dijo a Barzilai, “pasa conmigo a Jerusalén y yo te sustentare”.  De igual manera, nuestro Papa Dios, el Rey por excelencia, nos invita a ir a Jerusalén, y allá él nos sustentará.  Así como lo dijo Artajerjes rey de reyes a Esdras, “por  mi es dada orden que todo aquel en mi reino del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya” (Esdras 7:13)  Por eso, tome este mensaje como una invitación de Papa Dios para su vida, y es el mismo Señor, quien le dice a Usted a través de su palabra, “ven conmigo, y en Jerusalén te sustentaré”. Muchos dicen, “pero yo, ¿Cómo voy y como pago? Aunque conocemos Isaías 55, cuando el Señor nos invita a ir, comprar y comer, sin dinero vino y leche; pero ¿le estamos creyendo al Señor?  David le insistía a Barzilai, “pasa conmigo”, es el rey quien lo está invitando; pero es necesario creer y querer. Es menester que haya ese anhelo, ese deseo ardiente de ir. ¿Pero cual fue la respuesta de Barzilai?

1.      ¿Cuántos años más habré de vivir, para que yo suba con el rey a Jerusalén? Y esta es la pregunta que mucho se hacen y por eso todavía no han subido: ¿Cuándo será que yo voy a subir a Jerusalén? ¿En que época de mi vida? ¿Sera  que algún día voy a subir? Ya tengo ochenta años, decía Barzilai, ya se me acaba la licencia, estoy próximo a caducarla, y todavía no se cuantos años mas tendré que esperar; pero el rey le está diciendo “ven conmigo a Jerusalén”; pero el sigue diciendo, ¿Cuándo será que voy? Y comienza buscar “peros”, comienza a fabricarse excusas.



2.      “¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? Además, yo tan viejito, en ese viaje, y  ya no tengo la agilidad de antes, y me tengo limitaciones de salud; comenzó a buscar razones para no ir, a racionalizar.  ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? Y la gente se inventa excusas, “me hará daño la comida que ofrecen allá”, “y con problemas de colon, hígado,  páncreas”; siendo que allá solo le ofrecen Bufetes espectaculares, y la persona puede elegir lo que mas le guste o necesite y come las cantidades y las veces que quiera.  “¿Si le sacaré gusto a esos exquisitos manjares, yo tan viejito? “a esos vinos refinados, a esas deliciosas recetas culinarias?”.



3.      ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? Si entenderé algo de lo que dicen los guías.  Y David le esta diciendo, “venga conmigo, y yo te sustentaré”.  Iras como dice Isaías 66:10-14, “…en los brazos series traídos y sobre las rodillas seréis mimados.  Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo…”  Como un bebe en los brazos de su mama, “mamareis y os saciaréis de los pechos de sus consolaciones, para que bebáis y os deleitéis con el resplandor de su gloria”.



4.      ¿Para qué, pues, ha de ser tu siervo una carga para el señor el rey? Y David le dice, pero como vas a ser una carga, si tu me sustentaste en el desierto cuando yo mas lo necesitaba, tu me diste alimento cuando yo y mi pueblo nos moríamos de hambre, nos diste de beber cuando nos moríamos de sed; ¿Cómo serias una carga o una molestia para mi? Entiende que amor con amor se paga; es lo menos que puedo hacer, me quedo corto, no alcanzaría a recompensar toda la obra de amor que ha tenido por mí; tu nunca serías una carga. Los padres que piensan que son una carga para sus hijos, o los viejos que piensan que son una carga para los jóvenes; los discípulos que piensan que son una carga para sus lideres.  David le esta pidiendo que le de la bendición de atenderlo, de ir con el a Jerusalén.



5.      Pasara tu siervo un poco mas allá del Jordán con el rey, ¿Por qué me ha de dar el rey tan grande recompensa? Otra excusa común, “no merezco ese viaje”, mas bien esa platica úsela para otra cosa, désela a la educación de sus hijos, cómprese un carro, mejore la casa, lleve a otro; no merezco eso.  ¿Cómo que no le merece? Y si así fuera, Dios se lo está dando de pura gracia.  Usted si merece esa recompensa, una y mas veces, porque es a Papa Dios a quien le plació darle el reino.  No son los hombres, estos son solo instrumentos, porque la bendición viene de Dios.



6.      Yo te ruego que dejes volver a tu siervo, y que muera en mi ciudad junto al sepulcro de mi padre y de mi madre.  Es su decisión.  Y aunque la Palabra de Dios dice, “porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te ame, daré, pues, hombres por ti y naciones por tu vida” (Isaías 43:4) Pero su decisión, es volver a la casa de sus padres y morir, es el lenguaje de una persona que ha perdido la ilusión de vivir, que dejo de creer, de anhelar; por eso decía el Dr. Chamorro, “muertos no son los que están en la tumba fría, son los que tienen muerta el alma y caminan todavía”. Muchos dejaron de vivir muy temprano.  En su epitafio o en su tumba dirá, “este hombre se murió a los 40 aunque lo enterramos a los 80”.  Este hombre decidió no ir; el rey lo quería llevar, se quería hacer cargo de el; pero el prefirió regresar a la casa de sus padres. En el año de la decisión, debemos tener mucho cuidado con que decisiones vamos a tomar y no dejar ir la oportunidad y quedarse sin la bendición.



7.      Mas he aquí tu siervo Quimam; pase él con mi señor el rey, y haz a él lo que bien te pareciere. Y el rey dijo: Pues pase conmigo Quimam, y yo hare con el como bien te parezca; y todo lo que pidiereis de mi, yo lo haré.  Y todo el pueblo pasó el Jordán; y luego que el rey hubo pasado, el rey besó a Barzilai, y lo bendijo, y él se volvió a su casa”.  Y sigue diciendo la escritura: “El rey entonces paso a Gilgal, y con el pasó Quimam; y todo el pueblo de Judá acompañaba al rey, y también la mitad del pueblo de Israel”.  No todas las historias de la Biblia tienen finales felices. 



De corazón hubiera querido que Barzilai, le hubiera creído a Dios, hubiera aceptado esa invitación generosa del rey David.  No importa la edad, para David no era una carga; él estaba recompensando una obra generosa y de amor que había hecho en el pasado. Muchos con lágrimas han sembrado, con regocijo quieren segar, pero no se dan la oportunidad.  ¿Dónde esta usted y donde quiere estar? Pero ya no nos inventemos excusas; que la edad, que el trabajo, que la familia, que la casa que hay que reformar; que el carro que hay que comprar, que los estudios de los muchachos, que la operación o cirugía, pero en el fondo, son excusas.  David tenia toda la intención de llevarse a Barzilai, en “clase ejecutiva”, pero el no quiso.  Al final pidió que fuera otro, y el otro sino no tuvo ningún problema de ir, y se fue para la tierra santa.

Por eso dice la Palabra de Dios, “Por mi es dada orden, que todo aquel quiera ir a Jerusalén, que vaya”; no solo es creer, es querer, es tomar la decisión de ir.  Las excusas se las fabrica cada uno.  Y en algunos casos, personas que no han hecho ningún merito para ir, terminan yendo, como fue el caso de Quimam, que tuvo la bendición de estar en el lugar y momento oportuno.  Pero como Barzilai le regalo el viaje, el no tuvo ninguna excusa para dejar de ir.