sábado, 22 de agosto de 2015
jueves, 6 de agosto de 2015
lunes, 3 de agosto de 2015
REFLEXIONES DESDE LA TIERRA SANTA
Luchando en Peniel
Por Alexander Dorado Albán
Pasaje de estudio: (Genesis 32:
22-20)
Peniel, significa “Casa de Dios”, y
es justamente la experiencia que vive todo aquel que anhela estar en la casa de
Dios, para tener un encuentro con él, “cara a cara” como lo tuvo Jacob. ¿Qué
fue lo que llevó a Jacob a quedarse solo en ese lugar, y pasar la noche orando
y luego luchando con el ángel de Dios? La necesidad de recibir el tratamiento
que tanto necesitaba, El ya no que quería seguir siendo Jacob, quería que su
vida diera ese giro de 180 grados. Estaba cansado de huir, de tener problemas,
de vivir en el exilio. Ahora tenía una
familia por la cual responder y una heredad la cual poseer. Peniel es un punto
de quiebre en la vida de Jacob. ¿Cuáles
fueron las circunstancias que se presentaron en Peniel?
1. Fue una
lucha que libró solo, nadie más la iba a librar por él. “Así se quedó solo; y luchó con él un varón
hasta que rayaba el alba.” (Vers. 24)
Jesús dijo a sus discípulos, “desde los tiempos de Juan el reino de los
cielos sufre violencia y solo los violentos lo arrebatan.” Si anhelamos una bendición, debemos ir por
ella, y luchar hasta conseguirla. las grandes conquistas encierran grandes
luchas.
2. Hay que
sacar fuerzas de debilidad. Era tal la
decisión de Jacob, que el ángel se dio cuenta que no podía con él. Y no estamos hablando de un hombre joven,
sino de un hombre mayor, pero que estaba decidido a luchar por su bendición y a
no perderla de ninguna manera.
3. La lucha
implica dolor, sacrificio. Jacob fue
descoyuntado en su muslo, pero no fue una razón para dejar de luchar. La
decisión puede más que el dolor. Jesús
en la cruz, fue insultado, azotado, golpeado, clavado y traspasado, pero pudo más
el amor por el Padre y por los perdidos, que su propia vida que estaba siendo
quebrada, hasta morir en la cruz.
4. El luchador
está decidido y nada lo hace retroceder. “No te dejaré sino me bendices.” La actitud que se tenga en la lucha es una
determinante para el éxito, para la victoria.
De ninguna manera se va a rendir; no se va a soltar, el solo tiene un
objetivo en mente y no va a renunciar hasta conseguirlo. Solo los que luchan con decisión y
determinación logran sus metas.
5. El que
persevera logra su objetivo. Jacob
anhela la bendición, y finalmente la obtiene.
La bendición que recibe Jacob se compone de cinco elementos
fundamentales:
a. Un cambio
de identidad, ya no será más Jacob, sino Israel será su nombre.
b. Es el
reconocimiento al luchador, que ha luchado con Dios y con los hombres y ha
vencido.
c. Es el galardón
al vencedor. Ya no solo lucha, sino que
obtiene la victoria.
d. Tiene un
encuentro con Dios cara a cara
e. Es librada
su alma
Es la
primera vez que se menciona la palabra “Israel” en la biblia. Quienes tienen la experiencia de Peniel,
reciben ese sello, esa credencial o impronta.
Llevaran siempre consigo el sello del vencedor, de Israel. ¿Y donde se recibe esta marca? En Peniel, en aquel lugar que es casa de Dios
y puerta del cielo.
Quienes
anhelamos ir a la casa de Dios, para tener un encuentro cara a cara con él,
para ser mudados en otra persona, y recibir el sello de la bendición de Israel;
invariablemente debemos vivir nuestro propio Peniel. Si anhelamos verdaderamente ir a ese lugar,
debemos estar dispuestos, a luchar por la bendición y no rendirnos hasta
conseguirla, de la manera que lo hizo Jacob. Es el sello de Israel que se
quedará como una marca imborrable e indeleble en el corazón de los peregrinos.
Estamos en
la recta final, rumbo a la casa de Dios en Jerusalén, y es tiempo de dar la
pelea, de asumir el reto y luchar por la bendición. Como líder del grupo, yo estoy entregándolo
todo, mis oraciones, mis fuerzas, mi conocimientos, mi dinero y tiempo; son
horas de horas, soñando con todas las maravillas que Dios hará, pero necesito,
que usted, amado peregrino, haga lo mismo, que nos unamos en oración y usted
viva su propio Peniel. No se baje del
viaje, antes de tiempo. No renuncie a la
bendición, luche por ella.
Yo he
tenido la bendición de ir en repetidas oportunidades a la casa de Dios en
Jerusalén, pero cada peregrinación es un milagro; y cada peregrino es un
milagro. Y en su vida y en la de los
suyos, van a suceder no uno sino muchos milagros para que usted reciba esa
bendición como le sucedió a Jacob. Pero
asuma el reto, dé la pelea, no se rinda, créale a Dios, y declare, que “Todo lo
puede en Cristo que le fortalece.” “Si
Dios es conmigo, quien contra mí”. “Al
que cree todo le es posible.” “Nada hay imposible para Dios.”
Así que
mucho ánimo, valor y fe. Que la parte más
dura ya la estamos coronando, nos resta
la recta final y sé que con la ayuda de Dios, lo vamos a conseguir. ¿Lo cree?
Tan solo crea, porque al que cree, todo le es posible. No dependa de las circunstancias, “el justo
no tiene temor de malas noticias.” (Salmo 112:7) No dependa de lo que pasa en
la tierra, sino en la bendición que viene del cielo. Espero escuchar de parte
suya solo buenas noticias. Que el Señor
le bendiga desde Jerusalén, vea y siga viendo, el bien de Jerusalén, todos los
días de su vida. Paz sea sobre Israel. Y
recuerde, este año, nos vemos en Jerusalén.
SHALOM.
sábado, 1 de agosto de 2015
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